Las sillas estaban guardadas en un almacen, ya que no habían sido usadas en un largo periodo de tiempo.
Las sillas las tuvimos que transportar en nuestro carro en varios viajes a nuestras instalaciones, por el gran número de sillas que eran.
Empezamos nuestro trabajo soplando el polvo que tenían con una de nuestras máquinas, para luego limpiarlas, fregarlas y dejarlas secando al sol para que la madera no se estropease.
Una vez secas todas las sillas, las volvimos a transportar a su lugar de origen completamente limpias.
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